Gabriela Pulido
Te contaré un poco para que sepas si al final lo estuviste.

Primero, querrás encontrar cualquier forma para regresar a su lado. Cuando te hayas convencido de que no puedes comenzarás a sentir la ausencia. 
Cesarás de preguntar quién de los dos tuvo la culpa, sólo te importará el hecho de que ya no están juntos. 

De un momento a otro pasarás de las lágrimas al coraje irremediable, después recordarás con nostalgia todas las cosas hermosas que pasaron. 

Te preguntarás acerca del destino, de la vida, las coincidencias, el tiempo, las decisiones y no encontrarás una respuesta lógica. Escucharás las que solían ser sus canciones, de ambos. Unas pasarán en la risa mientras que en otras te entragarás al llanto. 

Cada que mires a la calle buscarás su cara, su espalda, su cabello, su silueta. Encontrar su voz o su risa de casualidad. Sin ser casualidad los sentidos más atentos serán tu vista y tu oído. Tu tacto estará casi muerto al no sentir más su piel, mientras tu olfato permanecerá dormido y tu gusto será inútil pues no querrás probar bocado alguno.

Lo que sea que hayas disfrutado, no lo harás nunca más, al menos no en un muy bien rato.

Tendrás miedo no sólo de perder a esa persona, sino de perderte a ti con ella. Te sucederán mil situaciones a la vez y no podrás resolver, sentir, dejarte llevar o evitar ninguna. Estarás y no estarás, todo al mismo tiempo.

Y cuando ya no puedas más, te darás cuenta que tan sólo han pasado los primeros días. Algo en ti te dirá que el tiempo lo sanará pero pronto te darás cuenta que el dolor de saberlo perdido a penas comienza. Querrás dormir 10 años para no sentirlo.

Lo último que notarás es que a pesar de sentir tanto, lo que más desearás, ansiarás y querrás es que esa persona esté bien y sea feliz aún cuando tú no figures en sus planes.

Y entonces sí, muy seguramente estabas más que enamorado, estabas amando.
Gabriela Pulido
Vivimos en un mundo tan superficial que ya no creo que el amor de verdad exista. En un mundo donde un animal salvaje tiene mas corazón que nosotros los humanos. Es lamentable levantarse todas las mañana y mirar donde vivimos y como lo estamos haciendo. 

Pienso que el ser humano es hermoso como es no importa de donde venga y su apariencia física y las personas que encuentran repugnante a otra persona por su figura física, enfermedad, preferencia sexual o algo que le afecte, está mal, porque el ser humano es la persona que se lleva por dentro, no la imagen o el físico que con el tiempo cambiará.

Gabriela Pulido
Para mi el mejor desahogo es escribir, plasmar los sentimientos en letras, porque aunque uno esté triste, aunque tengas el corazón gastado y la voz rota, las palabras siempre están enteras.

Gabriela Pulido
A pesar de que ame la soledad, en esta gran habitación hay espacio para algo mas, por eso a veces me gustaría que hubiese alguien, alguien tan especial que no me aburriera, que sea fiel a mi, alguien a quien tomarle de la mano, que me ame así como soy, que si quiero estar sola un día no se moleste, pero esté ahí cuando lo necesite y estar para él también, alguien que me entienda, que juegue conmigo, que se ría de todas las estupideces que se me ocurran, que me siga la corriente, alguien con quien tener un lenguaje secreto, un saludo especial, un mejor amigo que esté ahí para mí, y un amante con el que pueda destrozar la cama, alguien que sepa cuanto lo necesito, alguien con defectos complementarios a los míos, para que juntos armemos todo un yin yang, un balance que sobrepase los limites de la ciencia, del hombre, del mundo y las galaxias, del amor...

Es tan difícil encontrar a ese alguien, pero más difícil es saber quien es, porque si lo supiera, y el estuviera aquí, le juraría un amor que mas que eterno, seria indestructible, lo amaría con el alma y el corazón, soy una mujer del tipo complicado, pero.. no sé, yo lo amaría hasta el infinito, no sé, le amaría de la forma en que quiere que lo amen.
Gabriela Pulido

Me acostumbre a ser de sentimientos transparentes con quien quiero… Me acople a la idea de que debía ser sincero. Mostrar lo humano y dejar claro esa sensibilidad.
Me acostumbre a ser “cursi”… Me hice la imagen de que algún día esto le agradaría a con quien yo quisiera estar. Expresar de una manera mas romántica mis sentimientos sin necesitar de ningún tipo de contacto físico.
Me acostumbré a no guardarme aquellos secretos con quien considero importante… Contar todas esas historias que pensé que no serian aburridas de escuchar. Pensé que seria un buen tema de conversación, y no una fatigante charla para quien la escuche.
Me acostumbré a la idea de que esta era la imagen “clásica”… Ese “Ya no quedan muchas así”. Es irónico… Pensé que esto era apreciado, o tal vez reconocido hoy en día. Supongo que siempre estuve equivocada.
Me acostumbré simplemente a la idea de que estaba en lo correcto y que era una buena forma de expresarme… ¿Estaba tan equivocada en aquel entonces?… Aveces quisiera pensar que solo he tenido mala suerte, y que con el tiempo es algo que simplemente paso de moda. Algo que con el tiempo se convirtió en anticuado, algo que con el tiempo… Ya no vale lo que antes valía.
El problema es que me acostumbré tanto a todo esto… Tanto que ahora siento como si no tuviera nada. Como si tuviera una moneda descontinuada… Como si tuviera un cupón que ya esta caducado y no es mas que un trozo de papel.
¿Soy yo la única que se siente así?…
¿Hay alguien que haya podido cambiar su forma de pensar después de acostumbrase a todo esto?…
¿Es esta la única forma de acoplarse a lo que es la realidad de hoy?.
Tal vez esto sea lo único que me queda…
Acostumbrarme… Que no todo es como parecía ser.
Gabriela Pulido
Te estaré buscando sin ánimos de encontrar, para que cuando te encuentre sea real ante toda adversidad, y cuando lo haga cuidare de ti toda mi vida, preguntándote un diario cómo estás por medio de un beso que me lo diga todo, y me aseguraré que jamás tengas algún daño recorriéndote con mis manos fieles.

Gabriela Pulido
Señores creadores de las historias de caballeros que matan a dragones y salvan a princesas en peligro. Como miembro de esta orden de hombres que visten armaduras plateadas e impenetrables, montan corceles dorados y dan su vida por conquistar el corazón de una mujer, quiero expresar mi inconformidad. Siento que ya no pertenecemos a este mundo. Las damas, aunque a veces dudo que todavía existan, ya no quieren ser salvadas por nosotros. Prefieren al dragón que solo quiere saborearlas entre sus fauces para luego escupir sus restos o ser maltratadas por un monstruo de varias caras.
Y para la muestra quiero pasar a contarles mi última historia. Entregué todo en el campo de guerra por una mujer. Libré mil batallas por conquistarla, dejé ver mi verdadero rostro sin el yelmo y al final no sirvió de nada. No hubo un “Vivieron felices para siempre”, como ustedes me lo prometieron, porque en la vida no hay tal cosa.
Entre las cosas que hice ella, cabalgué por toda la ciudad en busca de un tesoro perdido, escondido en un centro lleno de caos, donde encontré su única copia y después se lo entregué acompañado de dos alas que prometían su libertad.
La acompañé el día en que un monstruo con riquezas, dueño del cuarto poder, la hizo sentir insignificante y como si fuera una simple presa. Estuve ahí para decirle que con mi armadura y mi corcel la iba a proteger. Le hice sentir que en mí iba a encontrar un refugio donde nada le podía pasar.
Ingresé en su mundo para acompañarla en sus creencias. En un mundo donde ya nadie cree en nada yo las valoré y quise adoptarlas. Estuve dispuesto a convertirme en su mundo y adoptar estas creencias. No solo por ella, sino porque era ahí donde sentía que quería estar.
Dejé una rosa en la entrada de su castillo, para que empezara su día con una sonrisa. Le demostré mi cariño en cada beso, en cada caricia, en cada palabra. Le demostré que en un mundo podrido, lleno de monstruos, peligros, mentiras y traiciones, todavía existía un caballero dispuesto a amarla, a aceptarla y a luchar por ella. Dispuesto a demostrarle que todavía había razones para creer.
Y sin embargo, nada de esto sirvió. En una noche la magia se rompió. Bastaron unas simples horas para que ella olvidara todo y una vez más los molinos se convirtieron en gigantes, derrotando a este caballero.
Por eso mi carta de reclamo, porque en este mundo real ya no hay espacio para personajes como yo. Porque me mintieron cuando me dijeron que a las damas se les conquistaba siendo un caballero, cuando en verdad prefieren quedarse con el dragón. Estoy cansado de llevar esta armadura y regirme bajo los principios de una orden que ya nadie valora. Por eso quiero desmontar mi caballo y pedirles que me dejen en libertad, que quiten la armadura de mi naturaleza y me dejen vivir mi vida como un simple campesino que ya no busca amar.
cordialmente,
Un caballero de Hojalata.

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Escribo esto, porque todo el mundo habla y escribe sobre las mujeres como las eternas víctimas de los hombres, de sus engaños y traiciones. Pero hay que tener claro que hoy en día las mujeres también juegan con los sentimientos, también pueden llegar a ser unas arpías sin escrúpulos ¿Qué hay de todos esos hombres que fueron o son víctimas de estas mujeres? Muchas veces las mujeres nos quejamos y quejamos por no encontrar al amor, por no encontrar un buen hombre que nos quiera y nos respete, sin embargo muchas veces lo tenemos en frente y lo que hacemos es destrozarlo, transformarlo.. 

"Detrás de cada hijo de puta hay una mujer que lo obligó a ser así. "
Gabriela Pulido
Muchos somos, los que viviendo en Venezuela un día decidimos que irse era mejor, que nuestro futuro no estaba en nuestro país y que teníamos que salir buscando lo mejor para nosotros. Nos fuimos en distintos momentos de nuestras vidas, al terminar el colegio, la universidad, el trabajo; pero siempre con la idea de salir para mejorar. No es fácil, se los juro.

En mi caso, me fui después de 3 años de carrera en la universidad con la finalidad de terminar la misma un poco más especializada en otro lugar. Cuando por fin tomé la decisión de irme, miles de cosas pasaban por mi cabeza, ¿Qué irá a ser de mi? ¿Qué pasará? ¿Me irá bien? ¿Me gustará?, en fin, mil preguntas daban vueltas en mi cabeza una y otra vez. Sin embargo, hasta el último minuto no quise hablar del tema. Evadía los comentarios, las preguntas de las demás personas que querían saber ¿Por qué?. 

Por tener un futuro más seguro, por estar mejor preparada, por vivir una nueva experiencia, por conocer otra cultura más a fondo, por vivir segura, por poder salir a la calle con tranquilidad, por no estar preocupado si sales de noche, por no tenerle miedo a los motorizados, por estudiar lo que me gusta, por la libertad, yo que sé… Cualquier razón es válida, debido a la situación en la que se encuentra Venezuela.

Es difícil de explicar y sabía que si le daba más vueltas de las que debía terminaría decidiendo quedarme. Es que el amor que le tengo a mi tierra es demasiado grande.

Fueron pasando los días, cada uno con alguna despedida, y llegó el final. Un final difícil de enfrentar. No es fácil irse de donde llevas toda tu vida, donde están todas las personas que quieres y todos los recuerdos de lo que has vivido.

Hacer la maleta fue de las cosas más complicadas de irme. ¿Como se hace una maleta para comenzar una nueva vida desde cero? Una maleta que pesaba tres veces más que yo, y que no lograba cerrar. Al final llegó realmente el momento: la despedida. Lágrimas y sonrisas, muchos sentimientos encontrados. Estar feliz y triste a la vez. 

Ese abrazo que sabes que será el último durante unos cuantos meses hasta que te vayan a visitar ha sido lo más difícil que he enfrentado. Las lagrimas no paraban de salir de mis ojos y me temblaban hasta las rodillas. Hacer la cola del control de seguridad, intentando lo imposible: no mirar atrás. Y es que cada vez que lo hacía veía en los ojos de los demás las mismas emociones que en los míos. Tristeza y felicidad. ¿Cómo dos sentimientos tan distintos pueden encontrarse en los mismos ojos?

La espera para subir al avión seguía siendo igual de difícil. Llegaban a mi teléfono muchísimos mensajes de despedidas y llamadas de ánimo que realmente lograban, más que animarme, hacer que no pudiera parar de llorar. Que difícil es despedirse. Me subí al avión sabiendo que no era más que un hasta luego, que pronto volvería a verlos y el reencuentro sería muy feliz, que me esperaba mi futuro y que tenía que ver el lado positivo de las cosas, a pesar de que las lágrimas me escondieran el panorama. Fueron las horas más largas que he pasado.

Al llegar a mi destino y abrirse las puertas del avión, caminé hacia ellas con el pie derecho sabiendo que también se abría la puerta a mi futuro y a mi nueva vida, y con un nudo en la garganta aguantado por la alegría de llegar me bajé en mi nuevo país, el que sería mi hogar.

Hoy en día ya tengo unos cuantos meses aquí y sigue siendo duro, es otro estilo de vida, más tranquila, más segura, con más oportunidades, sin embargo, no dejo de extrañar mi país, donde nací y crecí y sinceramente dudo que algún día deje de extrañarlo. Espero con todas mis ansias volver algún día y reencontrarnos mi querida Venezuela.


Gabriela Pulido

A veces estamos tan preocupados por lo que queremos tener, que olvidamos lo que tenemos, solo nos quejamos y se nos olvida agradecer. 


Todo empieza a modificarse a través de la vía de la gratitud, pero no solo debemos agradecer las cosas bellas, los logros, la salud, etc., sino también las "desgracias", agradecer por la llegada de personas que nos lastiman, pues son las que más nos enseñan, incluso agradecer las cosas que no obtenemos, seguro no nos convenían.


Quitémosle a los sucesos el falso valor de "malo" abriendo así la posibilidad de ver el aprendizaje que guardan para nosotros. ¿Qué pasaría si empezamos a tomar todos estos hechos como enormes regalos que llegan en una fea envoltura? 


Hay que enseñarle a la vida que no somos unos niños caprichosos que solo somos felices y agradecidos cuando las cosas salen como queremos.

Gabriela Pulido

Había sentido dolores agudos, desesperantes, que me hicieron gritar privada en el piso, como cuando mi abuela murió gracias al cáncer pero la última crisis tenía otros aspectos inmersos: me traicionaron, me mintieron, era un adiós doloroso… Pero era la pérdida más la indignación de que algo así viniera de alguien a quien amaba profundamente. Fue un dolor atorrante, de llorar horas en posición fetal, vomitar, no dormir, temblar, querer gritar, querer tomarme algo y no despertar hasta que el dolor se hubiese ido…Uno quiere huir, arrancarse del pecho el corazón y que ya pare, que ya no duela más.

Esa intolerancia al dolor nos lleva a odiarlo todo, a no querer comer (o comer demás), a castigarnos por ser tan débiles y dejar que algo así nos pasara. Perdí más de 7 kilos en menos de 1 mes, las ojeras se me marcaron en el rostro, sonreía con esfuerzo y no tenía ganas de hacer absolutamente nada, solo regodearme en mi propia “desgracia”, en mi nostalgia, en la tortura mental de repasar cada promesa incumplida. Igual estaba impactada, sorprendida de haber estado esos años con un extraño, una persona que no existe. Pasas por el pico de abstención máxima, en el que crees que no aguantarás. No te crees capaz de salir de ello. Crees que mejor es estar muerto que vivir así..

Cuando te das cuenta de que el dolor por más que quieras no puedes desaparecerlo, hagas lo que hagas, aprendes a vivir con él y lo aceptas, con rabia y fastidio, pero te lo calas, el desespero pasa… (hay gente que no lo aguanta y por eso tantos suicidios), pero la gente sana, que tiene un mínimo de instinto superviviente acepta el dolor y para de resistirse. Cuando decides no resistirte y vivir con ello empiezas el proceso de recuperación, antes no.

Aunque ya te vuelves tolerante al dolor, te cansas de verte mal, de verte al espejo y no reconocerte, te levantas un día y te prometes hacer algo para salir de la depresión, te pides perdón, te perdonas y decides recuperarte. Ya regodearse en el dolor y victimizarse cansó a la mayoría de tus amigos y no sientes que puedas ni hablarles del tema… Entonces llegas a ese lugar máximo de reflexión, autocontrol, madurez y reencuentro contigo.

Decides cambiar de estatus, superarlo, decides volver a ser la persona segura y feliz de antes, aunque ya no esté nadie al lado, feliz contigo y para ti. Y empieza la proactiva etapa de autoterapia. Dejaré acá una lista de acciones terapéuticas que me han sacado lento pero seguro de lo que llamaba "mi desgracia":

  • Empecé a comer, obligada, masticando a juro y colocando alarmas para recordarme la tarea. Mis amigos y familia estaban siempre pendiente de que hubiese comido.
  • Compré unos tés y pastillas naturales para dormir en las noches, que es cuando a uno le da por pensar más y por lo tanto cuando más duele…Los tés son lo mejor, nada de medicamentos adictivos. Mami se acostaba conmigo a echarme cuentos de lo que sea hasta que me dormía, esto me ayudaba a no pensar.
  • Me compré unos 3 libros que hicieron la diferencia en mi proceso: Manual para no morir de amor (Walter Riso), el cual me recomendó una amiga muy cercana, Del sufrimiento a la paz (Ignacio Larrañaga), Desapegarse sin anestesia (Walter Riso). Los leí, le dediqué horas de mi día a leerlos uno por uno. Desapegarse sin anestesia logró en mí que buscara pacientemente mi esencia, me volviera a descubrir y pudiera sentirme independiente, útil, digna y segura desde mi propia capacidad y potencial.
  • Paré de ver películas de amor, de dramas, de problemas, y de oír música de amor, nostálgica, romántica, de despecho. Empecé a oír solo alegre, música pop o electrónica que me animara de verdad, que me hiciera sonreír. Nada de ver películas o escuchar música que haya visto con él. 
  • Hice una limpieza general de todo. Saqué 6 GB de información respectiva a él de mi celular, y de la PC y lo coloqué en una carpeta llamada: “JSAKASJASK”, que estaba oculta en un lugar del computador que nunca veo. Eventualmente hice clic y suprimir sobre esa carpeta y la desaparecí, hice contacto cero con la raíz de mi dolor.
  • Quité de mi vista todos los objetos, regalos y recuerdos en mi casa. La limpieza fue total.
  • Retomé la escritura tipo diario, primero en privado, para soltar todo el dolor y la rabia dentro, pero luego empecé a publicar mi proceso.
  • Construí una red afectiva de amigos que me apoyaron en todo momento, que estuvieron pendientes de mí, que me visitaron, me llevaron a sus casas, me malcriaron, me consintieron, me invitaron a comer , tomar y al cine mil veces… Durante los meses más duros del duelo no estuve sola los fines de semana, estos son los peores días, ya que la mente no está tan ocupada como lo está de lunes a viernes, no te permitas revivir el dolor y la angustia, sal de casa o recibe a gente que te ama.
  • Empecé a hacer ejercicios de nuevo, Boot Camp, Body works, Spinning.. Me sentía viva, feliz, de nuevo viviendo.
  • Las sugerencias de Youtube me llevaron a conocer al Dr. Wyne Dyer, psiquiatra y consejero espiritual cuya película El Cambio y sus conferencias me ayudaron muchísimo a cambiar mi perspectiva de la vida, también así me topé con Bernardo y Alejandra Steamateas una pareja que trabaja en la reconstrucción de la vida de las personas, terapéuticamente. Sus videos están en Youtube y hay millones para cada sensación que uno tenga en momentos de duelo y pérdida. Me dediqué a ver uno o dos vídeos de estos a diario. Tienes que sacar tiempo prioritariamente para atender tu salud emocional. Sin excusas.
  • Le escribí cartas macabras a él, cartas que nunca envié pero expulsé el dolor de mi organismo poco a poco.
  • La mente: aprende a vaciarla. Los momentos de dolor vienen cuando anticipas el futuro con pensamientos negativos sobre lo que puede venir y no controlas o recuerdas las causas del dolor, que ya pasaron y tampoco puedes controlar. Distrae la mente. Me volví adicta a juegos como Candy Crush y Governor of Poker, Legue of Legends, Plantas VS Zombies, Sims 3, entre otros.. 
  • En momentos de desesperación o dolor agudo, respira profundo sentado con piernas cruzadas, y expira lento contando hasta 20 e imaginando que haces algo que te gusta, en mi caso, cantar, dibujar, escribir o ir a nadar. Quedaba tan relajada que me daba sueño y me dormía. Eso se llama también vaciar la mente.
  • Cada mañana camino al trabajo o a la universidad daba gracias a Dios, recordando que era un día más, había podido estar de pie un día más…y pase lo que pase el sol no estaba dejando de salir. Este proceso es de un día a la vez, de paciencia.
  • Me hice una lista de cosas que siempre había querido hacer y no había hecho por equis o ye y las he venido haciendo: Aprender a bailar salsa o bachata, ir al teatro o al ballet, completar las estaciones de Boot Camp, aprender otros idiomas, entrenar frente al mar, lanzarme en parapente o esquiar, conversar con desconocidos a donde quiera que vaya, esperar un atardecer y tomarle foto de inicio a fin, graduarme de abogado… En fin… mil cosas que ya he hecho y otras tantas que tengo por hacer.
  • Compré unos pasajes a Estados Unidos y fui a citarme con la posibilidad de una nueva vida… La planificación del viaje me mantuvo entusiasmada y ocupada. Me reencontré conmigo, me reedescubrí y tomé una de las decisiones más importantes de mi vida: emigraré y haré justo lo que más feliz me hace a mí. Me reconcilié conmigo, aunque tengo mis discusiones con el interior de vez en vez.
Para que el dolor se vaya y la recuperación llegue no puedes paralizarte, quedarte allí a esperar que pase, claro, hay asuntos del duelo que solo resuelve el tiempo, a veces lloro, no crean que no, pero ya no lloro por lo mismo, ni con la misma intensidad…

Date la oportunidad de conocer gente nueva, la gente nueva ayuda mucho porque no te juzga, solo te lee/escucha. Reconéctate con los grandes amigos olvidados. Date el chance de conocerte, de comer ese helado que quieres, de salir al cine contigo a ver esa película que a todos les da ladilla ver pero tú quieres ver, ve a un teatro y percibe el arte y su poder: la música clásica, el ballet… A mí me ha hecho tanto bien. Busca eso que te hace suspirar, que con solo pensarlo te hace sonreír y exponte a ello, sal de tu encierro, avanza, con dolor, con rabia, fastidiado… Pero sigue caminando, resiste, come obligado, hazlo todo de manera disciplinada hasta que empieces a disfrutarlo. Enfrenta el miedo a la soledad estando solo… Esto no es recomendable en la etapa de más desesperación, pero cuando estés mejor, está contigo un buen rato y disfrútate… Por sobre todo, encuentra tu propia receta terapéutica, esta fue la mía, así salí del foso horrible, mucho gracias a los tips de amigos que habían pasado por esto, pero otras cosas fueron inventos míos. Adapta a ti lo que te sirva e inventa tu propia receta.

Todo el mundo me decía que había sufrido por desamor hasta por dos años, pero yo internalicé que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional y sí, me prohibí causarme yo misma sufrimiento insistiendo en una situación que me lastimaba o enamorada de una persona que no me amaba, así que me obligué a perdonar, a no stalkear, a no revisar la situación, a no seguir intentando entender y me permití avanzar porque no quería estar dos años dando vueltas en círculo… En efecto, tras unos pocos meses ya no estoy deprimida ni paralizada… Mis planes y proyectos brillan genialmente, aunque son un poco inciertos todavía, mis sueños me entusiasman y todo agarró color de nuevo, volvió a tener sentido y lo más bonito es que tiene sentido por y para mí, no es que otro le da sentido a mi vida, el caso es que dejé de vivir para los demás y empecé a pensar en mi y en lo que quiero.

Mi sorprendente recuperación tiene mucho que ver con que tomé en mis manos el asunto, en el dolor fui proactiva. Cuando decides recuperarte tienes que saber que habrán picos de abstinencia, días de arrastrarte a llorar en el piso pero tienes que tolerar, tienes que resistir y seguir el plan, créeme… Te sentirás muy orgulloso de ti cuando lo logres, como hoy me siento feliz y orgullosa de estar en este punto, compartiendo mi experiencia.

Ten fe, fuerza y energía.. Claro que se puede y no, no te vas a morir, créeme.
Gabriela Pulido
"Hay personas que se enamoran una vez en la vida, el resto de sus días se la pasan buscando a alguien con quién volver a sentir lo mismo."


Gabriela Pulido
Siempre que se llega al fondo de la oscuridad, cuando sientes que ya no puedes más contigo misma y que todas las promesas y mentiras que te has dicho cada vez duelen más, es el momento para intentar cambiar “eso" que te esta quemando por dentro, tal vez hablarlo, tal vez solo salir de abismo en silencio, pero siempre tratar de escapar de esa tristeza, tratar de reencontrarte contigo mismo y ver la luz, porque cada uno de nosotros tiene esa luz, expresada de distintas formas, más fáciles de ver para unos que para otros pero siempre está ahí, sólo se trata de abrir bien los ojos y darte cuenta que contigo basta, no necesitas de nadie más para sentirte bien, claro que influye y mucho pero sólo es un factor….tienes que tener en cuenta que TÚ eres el núcleo de eso. 

A veces es bueno pensar primero en ti mismo hacerte feliz a ti y darte cuenta que siempre después todo es mejor.



Gabriela Pulido
Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme. Búscame cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere. Búscame cuando eches en falta las risas, las caricias que erizan la piel, las conversaciones sin rumbo, los abrazos en los malos momentos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles. Búscame cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa, lo bien que lo haces y lo bello que te ves cuando te molestas. Búscame cuando mires el teléfono esperando una llamada que ya no llega, cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo. Búscame cuando necesites fósforos para encender lo que se ha apagado, cuando mis ojos ya no te pidan más de lo que me puedes dar, cuando tus días sean rutinarios. Búscame cuando las canciones carezcan de significado. Búscame cuando recuerdes los buenos momentos y te arrepientas de no tenerlos ahora. Búscame cuando tú ego necesite que le supliquen desesperadamente cariño pero sobre todo cuando quieras suplicarlo tú.
Gabriela Pulido

La fuente de inspiración, mi fuente de inspiración, él, con amigos pero sin necesidad de ellos, con sus modalidades que reflejaban mas de un secreto. Un hombre loco, quizás raro pero muy parecido a mi, un hombre que atrapa con las miles de cosas que tiene por decir, un hombre con secretos. En sus ojos se refleja el miedo a poder amar, y que ese amor cambie sus planes que viene preparando quizás antes de que haya tenido consciencia, miedo a la gente de ahora que tan diferente es a la de hace un par de años, miedo a que le juzguen por querer otra época en donde leer sea el hobbie perfecto y mas votado, en donde se amaba por la esencia antes que por el físico. 
Tristemente inspiración mía, esa época ya pasó, y quizás este sea un mundo diferente al pasado, en donde increíblemente cuando la gente hablaba de libertad era porque en verdad se era libre, libertad no era sinónimo de rebeldía. Pero si en mis manos está te puedo proponer crear un mundo como el que quieres, solo platícame más, conocerte es lo que pido, con tus sueños y palabras crearemos un futuro conveniente para los dos, donde no se nos contagien las expectativas vacías de personas que son tan pobres que solo quieren dinero… 


Gabriela Pulido
Muchas veces creemos que el presente es lo mejor para nosotros, y no visionamos un futuro mejor, sin embargo yo siempre he tenido sueños y metas que alcanzar, y cada vez que logro un objetivo me trazo otro, la vida es muy corta para quedarnos en un presente cambiante, soy una visionaria, soy creativa e innovadora y por ello no me amoldeo al mundo actual, visiono uno mejor para mi y la sociedad que me rodea.


Gabriela Pulido

¿Qué ocurre si te encuentras un muro en tu camino? 
Sáltalo y AVANZA.
¿Qué ocurre si fuiste hacia el lado equivocado? 
Media vuelta y AVANZA.
¿Qué pasa cuando no puedes continuar por algo o alguien? 
Olvida y AVANZA.
Cómo todos sabemos, a veces es duro avanzar en la vida, tomar decisiones, elegir nuestro camino... Realmente es bastante duro a veces tomar una simple decisión… Así que ni pensar en las más complejas…
Siempre se debe tener clara una cosa, hay que AVANZAR, siempre ir hacia delante en la vida, superar tus miedos, obstáculos, problemas…
Una frase muy sabia que escuché hace tiempo decía así:
"No temas, la mayoría de tus temores, jamás se harán realidad."
Y es cierto, muchos miedos solo existen en nuestra cabeza, y no hablo solo de miedos del tipo oscuridad, muerte y cosas similares… No, me refiero a cualquier tipo de miedo, a la soledad, al fracaso, a perder…
Todo es posible si ponemos esfuerzo en realizarlo, si AVANZAS.

Gabriela Pulido
Tus iniciales en cada parte de mí, en cada rastro.
En cada lugar que voy tú, eres mi pensamiento. Pensar como te has vuelto tan importante para mí. Pensar que me encantas, pensar cuando te molestas en cómo hacerte sonreír o quizás contentarte.
Pensar que eres más allá de todo lo que ven las personas, Es algo que solo lo puedo ver yo, la persona con la que simplemente quiero compartir. 
Eres como la soledad acompañada. Eres como tus labios presionados en mi cuello. Eres como tu mirada puesta en mí. Eres esa sonrisa que enamora. Eres simplemente esos lunares que me encantan descubrir. Eres lo que me guía. 
Eres ese ser perfectamente imperfecto. Eres todo eso por lo cual sonrío. Eres eso que busco en la cama para abrazar todas las noches.
Simplemente mi complemento.



Gabriela Pulido
No te olvides del día que nos conocimos. 
No te olvides del primer momento en que nos vimos.
No te olvides de todas esas cosas que me hacen reír. 
No te olvides de los días que estaba triste y tú me consolaste. 
No te olvides de todas nuestras peleas y reconciliaciones. 
No te olvides de mis celos y mi orgullo y de los tuyos tampoco. 
No te olvides de la primera vez que me dijiste que me amabas, 
y por supuesto no te olvides también cuando te lo dije yo.  
No te olvides de las madrugadas que pasábamos hablando. 
No te olvides de lo mucho que te extraño siempre. 
No te olvides de que te amo y que siempre lo voy a hacer...
Gabriela Pulido
En la sociedad podemos encontrar cientos de estilos y personalidades que tal vez se desarrollan a través de los años o pueden crearse por medio de influencias o intermediarios. Las prendas de vestir, el maquillaje, la forma de caminar y de expresarse distinguen a las personas, no obstante, muchas veces juzgamos a partir de la apariencia, creamos conclusiones sin haber compartido con la persona o hacer parte de su realidad. Es así como se crean resentimientos, envidias, comentarios que lo único que hacen es jodernos la vida. 


Más que buscar respuestas, intentemos conocer a las personas por lo que son y no por lo que reflejan, sería una herramienta que además de permitir expandir nuestro círculo social, ayuda a que tengamos una vida más sana, sin complicaciones, enemistades, etc; logrando simplemente vivir lo real.
Gabriela Pulido
No sé si es porque doy más de lo que me dan, no creo ser posesiva ni nada parecido, simplemente sería bueno recibir al menos tanta atención como la que le doy a él, calidad de atención… 

Intento ponerme en sus zapatos y ver el mundo desde su perspectiva, así puede ser que entienda su manera de actuar… Pero es difícil pues soy demasiado atenta con lo que me importa, pero como me gustaría a la vez, que él sienta tanta desatención como a veces siento yo…


Gabriela Pulido
Rasgueame lento, 
tu mano en mi cuello. 
Mátame suavemente
 mientras tus labios pronuncian, 
apenas perceptiblemente, 
las notas intensas de nuestro amor.

Gabriela Pulido

Hace varios años que nos conocimos, nos encontramos con una conversación tonta, sin ninguna intención, la cual para ser sincera no creía que fuera a crecer tanto. En unas semanas confiabas tanto en mí y yo en ti. Pasamos meses hablando, fue el tiempo que me tranquilizaste, me olvidé de todo y de todos, y sólo pensaba ti. Escuchar tu respiración, tu voz y hasta tu silencio, que me hace tan bien. 
Tus mensajes que llegan todo el tiempo. Esperando ansiosamente que llames por la mañana, por la tarde, dando buen día y preguntando por mi..

Gabriela Pulido
Ese día será épico, será grande y será simplemente el mejor. 
El día en mis fantasías estúpidas mueran, el día en que deje de soñar con idioteces y ponga los pies bien en la tierra, que mi cabeza este centrada en lo importante y no en cosas vagas. El día en que yo sea lo más importante en mi mundo. 
El día que deje los poemas de un lado y los romanticismos estúpidos. El día que los garabatos y las letras perdidas de los textos enamorados se conviertan en palabras importantes, que quizá algún día llegasen a importarle a personas y no sólo a adolescentes idiotas con “problemas de amor”.El día en que me quiera a mi y a nadie más. 
El día que me deje de inmadureces y deje las payasadas por un lado. El día que mis palabras tal vez lleguen a alguien y no sólo a mí. El día que sonría con motivos por verdaderas razones, sin haberlas creado en mi retorcida mente. El día en que me preocupe por hacerme feliz y que deje de complacer a los demás. 
Entonces, seré feliz. 
Seré un poco más humana, más egoísta, más “madura”. 
Si así la gente lo quiere ver.


Gabriela Pulido


Al final uno teme a lo que es, porque sabe a que tanto pueden llegar las personas. ¿A qué me refiero? Yo temo a que se burlen de mi, porque las personas saben fingir, y lo hacen muy bien. ¿Cómo lo sé? Porque todos hemos mentido alguna vez. Lo malo, nunca sabrás cuando alguien esta fingiendo, nadie se dio cuenta cuando yo alguna vez lo hice. 

Al final, terminas preocupándote por todo, amistades, noviazgos, y aunque quieras pensar que no todos son igual etc. etc. Hay algo dentro de ti que de vez en cuando despierta y te dice “¡Hey! Despacio, recuerda que las personas saben fingir muy bien” Y comienzas a dudar de todo, aunque no quieras. ¿Un ejemplo? Mi vida. Mi novio. Mis padres. Mis amigas. Yo. No hace mucho yo lo hacia, sobre todo con mis padres, fingía, era la mejor en ello. Sé fingir mis estados de animo, mis emociones, mis sensaciones, así nadie puede darse cuenta de lo que verdaderamente sientes, se fingir amistad cuando siento amor, y todas las veces que he fingido, nadie se ha dado cuenta de hasta que punto he llegado. Es fácil hacerlo. ¿Hipocresía ? No lo sé, pero las personas lastiman, y lastiman de verdad cuando saben quien eres, si te conocen erróneamente, el dolor no es nada.
Sabes que cualquier persona puede fingir. Incluso quien menos crees. Es triste estar siempre a la defensiva, fingir algo que no quieres fingir, todo para no salir lastimada, pero ya no puedes hacer nada, ya es algo que está en tu sangre. 

Son tan solo algunos pensamientos que pueden estar en mi cabeza al transcurso del día, siempre es lo mismo, las mismas ideas, las mismas personas, los mismos sentimientos. Lo peor, no es pensar que tus seres queridos te mienten, si no, pensar que tú misma te estas mintiendo diciendo que puedes soportarlo, y no saber en que puntos te mientes a ti misma, es lo peor de saber fingir tan bien. Ya no miro por la ventana sino que grito con desesperación desde ella, grito y grito desde mi ventana, hasta que alguien escuche la angustia de mi persona.

Gabriela Pulido
Cada día crece más mi confusión. 
¿Porque no podemos ser los mismos?



No es olvido, es solo bendita ignorancia. No te has esfumado de mi ser, tan solo has pasado a un rincón de mi cabeza que por suerte controlo. Me puedo acostumbrar a estar sin ti. Admito que cada vez que pienso en todo lo ocurrido me viene una ráfaga de tristeza y a su vez alegría, el problema está en que vivo esa vida que no puedo dejar atrás.. También pasa que la fuerza que creía tener comenzó a fallarme..

De verdad que pudo ser diferente pero resulto ser como siempre, yo desviviéndome por ti y tu babeándote por la siguiente. No fue justo pero si suficiente, para despertar y recordar que está permitido amarme de forma independiente. 

Todo tiene un límite y hay que saber cuando retirarse. 

Sinceramente no sé que quiero decir con esto, ni lo que significa, tampoco creo que alguien lo entienda.