Gabriela Pulido

Tu cuerpo fue por largo tiempo un mapa para encontrarme, una búsqueda incesante de lo que soy, en tí. Fue por momentos territorio conquistado, isla de naufragio. Tu cuerpo, mi símbolo, mi bandera, el himno de derrotas y victorias, de cartas, llegó a mí en una botella que pedía al mundo ser encontrada, y yo, conseguí tu mapa, y tu invariable forma de hacerme sentir aventurera, girl scout en tierra virgen. El sentido de la orientación se ha perdido, y mi brújula se despierta con sed cada mañana. Hoy este pañuelo se viste de blanco y presenta su retirada, su despedida, el desgarre de mi ancla, y parto en ascendencia a nuevas tierras. Con gusto las fogatas me sirvieron de cobija para asesinar el frío, pero hoy he tejido mi propia manta y embarco con ganas por el camino blanco, por los rastros que me deja la luna en el mar dejándose encontrar. Adiós.

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