
No puedo controlar el tráfico, pero puedo elegir entre
estresarme o disfrutar de la música. Al final, la cola no se va a
apurar solo porque yo pierda la paciencia.
No puedo controlar mis dificultades en cierta materia, pero
puedo elegir entre buscar ayuda para mejorar o conformarme con mi bajo
resultado.
No puedo controlar mis emociones - Porque querramos o no,
vamos a sentirlas - , pero si puedo elegir que hacer con
la energía que ellas producen; puedo elegir entre salir a correr o
encerrarme en mi cuarto.
No puedo controlar las situaciones que me pone la
vida, pero si puedo elegir entre enfrentarlas o huir de ellas.
No puedo controlar las acciones y decisión de
las demás personas, pero si puedo elegir que hacer con las mías.
No puedo controlar lo errores
que inconscientemente puedo cometer, pero puedo elegir entre hacer
algo para remediarlos o conformarme con lo que paso.
No puedo controlar la temperatura ni el clima, pero si puedo
elegir que hacer para disfrutar el día.
No puedo controlar en humor de los demás, pero si puedo
elegir regalarles con poco de mi amabilidad.
No puedo controlar la actitud de los que me rodean, pero si
puedo elegir darle un ejemplo con mi buena actitud.
No puedo controlar los gustos de otras personas, pero si
puedo elegir respetarlos.
No puedo controlar mi propia suerte, pero si puedo elegir
aprender a luchar para alcanzar el éxito.

Porque la vida no se trata de controlar... Se trata de elegir, aprender e intentar.
Porque no puedo controlar las "cosas malas" que me
pasen en la vida, pero puedo elegir entre buscar
una solución o esperar por un milagro.
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