"Atreverme a ser yo misma" -se dijo- "desde luego, no es difícil porque nadie más que yo sabe cómo soy" pero luego se abrumó, entendió que a veces ni ella misma sabía quién era, que llevaba máscaras a cualquier lugar donde iba, y que no sólo engañaba a los que la observaban, sino que se creía el papel de esa pelicula a la que le obligaba un fin para terminar de conocerse. Saber quién era no fue tarea fácil, fue pasar de la aceptación al perdón, del dolor a la resignación, y del odio al amor, porque en un paso descubrió que llevaba mucho tiempo faltando a sí misma por hacer felices a los demas, por buscar y buscar diversión, salir, disfrutar, conocer, disfrutar, y así, con la excusa de una felicidad propia se ahogaba en un vaso de infelicidades, y sin saber en qué meollo se estaba metiendo, decidió saltar del vaso y vaciar sus pulmones de tantas lágrimas, y empezar la travesía de conocerse, de estudiarse y sobre todo de CREARSE. Porque entendió que poseía un poder incalculable, el de elegir qué hacer consigo misma. Cuando una mujer empieza a ser madre, siente la enorme satisfacción de ser la responsable de una criatura; la protectora, la maestra... Lo que la mayoria de las personas no saben es que siempre hemos sido responsables de nosotros mismos, nuestros protectores natos, y nuestros grandes maestros. Antes de empezar a conocer el mundo, debemos conocernos a nosotros mismos, porque "¿cómo el ser humano pretende conocer de la muerte si ni siquiera es capaz de descifrar qué es la vida?".






