Gabriela Pulido
Una mirada peligrosa, se traviesa por un escote bien pensado o por una falda disimulada, que trae a su alrededor mucho agrado.

Una risita descuidada que si se deja, se puede malinterpretar, siempre se encuentra en esa miradita de reojo que a quien vas pasando le das, una curiosidad innata de querer ver que hay debajo de..? Es una costumbre dada a quien venezolano se llama él.

Una destrucción masiva de aquello que pasa por abajo y por arriba, es clase aparte cuando de una conversación interesante se trate.
 
Y el deseo perpetuo de tener aquella promiscuidad animada, te permite ser como quieras, sin recibir ninguna palmada.

 O esa forma de entretener, a quienes a su cauteloza manera te quieren ver, es facil para alguien cuando de obligaciones no quieres saber.

El instinto asesino, tu sabes, ese que mata a quien nisiquiera ha llegado, es una constante sin razon en todo los sentido de ese gran piston.

 Y si preguntas te haces, ¿Que es todo eso que se dice? Solo vistete como te provoque, actua tal cual tu quieras y empieza a contar las miraditas en tu falda recolectas.
0 Responses

Publicar un comentario